La memoria: mitos y realidades

La memoria

Es la capacidad para recordar eventos, frases, imágenes, palabras, olores y emociones. Hace parte de las funciones mentales superiores (lenguaje, atención, etc), un grupo de actividades propias del cerebro que configuran lo que nos hace seres humanos. La memoria interactúa con dichos procesos para almacenar los recuerdos, por lo que alteraciones en ellos, pueden generar fallas aparentes de la memoria.

 

La memoria puede subdividirse de diferentes formas: 

 

  1. Relación con el tiempo: anterógrada (recuerdos nuevos) y retrógrada (recuerdos antiguos).

  2. Relación con el tipo de recuerdo: visual o verbal.

  3. Relación con la duración del recuerdo: memoria de trabajo, como la que se utiliza para recordar un número de teléfono mientras se marca.

El olvido

Así como la memoria es importante, el olvido es un proceso fundamental para tener una memoria con buena funcionalidad. Olvidar permite eliminar recuerdos no necesarios, o que no impactaron en la emocionalidad del cerebro. De esta forma, es más fácil recordar situaciones asociadas a sentimientos fuertes (positivos y negativos), que las que no impactaron. También puede ocurrir que los recuerdos asociados a traumas se distorsionen u olviden, como un mecanismo de defensa del cerebro frente a las emociones nocivas.

Fallas de la memoria:

Cuando la memoria falla, puede ocurrir por diversos factores: dificultades en otras funciones mentales superiores (en especial la atención), trastornos del ánimo (principalmente la depresión), deficiencias de algunas vitaminas o de hierro, infecciones como la sífilis y el VIH, lesiones cerebrales (postrauma, masas, hidrocefalia), y por último, enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer. 

En situaciones de falla persistente de la memoria se debe investigar su causa mediante

  1. Ayudas diagnósticas para descartar deficiencias e infecciones.

  2. Pruebas neuropsicológicas para determinar si la alteración es propia de la memoria o de alguna de las funciones mentales superiores.

  3. Una imagen cerebral para determinar que no existan cambios en la estructura del cerebro.

Signos de alarma para la memoria:

Dificultades para orientarse en espacios conocidos, como el barrio o el municipio donde se ha vivido.

Problemas para recordar actividades habituales, como cocinar o realizar su trabajo

Olvidos que afectan el día a día, como no recordar dónde se guardan las llaves, dónde están las cosas necesarias para trabajar, entre otras.

Dificultades para manejar el dinero, cuando previamente se sabía cómo pagar o calcular devueltas.

Acciones para evitar las fallas de memoria:

  1. Actividad física frecuente, especialmente la mezcla de ejercicio aeróbico y de fuerza, ayuda a mantener la salud cerebral y conservar una buena memoria.

  2. Alimentación saludable, rica en frutas, verduras y grasas saludables (pescados, frutos secos, aguacate), mantiene mejor tu salud general y permite un buen funcionamiento cerebral.

  3. Mantener una interacción social frecuente ayuda a prevenir fallas de memoria al generar una activación constante de las funciones cerebrales.

  4. Consultar si se tiene alguna deficiencia de los órganos de los sentidos, teniendo en cuenta que la sordera y la ceguera contribuyen a disminuir la interacción social. Este aislamiento puede llevar a alteraciones de memoria.

Se deben tomar acciones para prevenir las fallas de memoria y, en caso de presentar alguno de los signos de alarma, consultar a tiempo con un neurólogo. 

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